jueves, 4 de noviembre de 2010

LA IGLESIA: EL CULTO A LA HOMOFOBIA



Rajoy se mesaba su florida barba pensando como podría ganar los votos que le llevasen a la épica victoria que le daría el poder, a él y a los suyos, que hace años que anhelan tomar las riendas del estado español para profundizar, hasta tocar fondo, en el recorte de derechos y libertades. Falto de ideas sociales o políticas siguió la pendiente de agarrarse a las sotanas de la Conferencia Episcopal para asegurarse el apoyo que nunca le ha fallado de la derecha más fanática.

Por fin encontró una ideita, la homofobia, rechazo por parte de los feligreses extremistas de la Iglesia al colectivo que decide no formar parte de la idea de pareja tradicional cristiana. Iglesia que promete condenación a gays, lesbianas y transexuales y a los que les apoyen en su conquista de derechos. Por eso denunció ante el Tribunal Constitucional el matrimonio entre personas del mismo sexo, práctica corriente en el Estado Español desde hace algunos años, y que forma parte de la cacareada normalidad democrática, aunque no para los fanáticos de una Iglesia castrante. Es más, al ser Rajoy preguntado sobre que haría si su denuncia no prosperaba, contestó que una vez elegido lo prohibiría, bonito ejemplo de tolerancia.

La inquina de la Iglesia contra los homosexuales es grande y viene de muy lejos. En cuanto tuvo el poder en el año 313 empezaron las  persecuciones, torturas, hogueras, condenas, los señalados tuvieron derecho a todo el reperterio represivo por parte de los servidores de dios. Curiosamente las persecuciones amainaron durante 800 años en los que se hizo la vista gorda sobre estas prácticas antes consideradas nefandas. Llegó el siglo XIII y la Santa Inquisición, ávida de infundir terror, encontró en esta categoría de ciudadanos, las víctimas propiciatorias para ejercer su apostolado. Así hasta 1778 se torturó, se quemó y se condenó tanto a hombres como a mujeres, haciendo pasar a veces a las víctimas como herejes, lo que dificultaba saber el motivo real que les llevó a la muerte. La persecución de esta categoría de la población pasó también a América, en las colonizadoras carabelas también navegaba la Inquisición. Está escrito que los conquistadores cuando encontraban a homosexuales entre los propietarios legítimos de ese continente mártir, les arrojaban a los perros, y si alguno se salvaba se le quemaba, para no perder la tradición.

En nuestra sociedad, más allá de los prejuicios de ciertas personas o grupos, cada ciudadano tiene derecho a elegir pareja de su mismo sexo, ya que la ley les ampara. Hace no muchos años, bajo la dictadura fascista de Franco y más allá  de los albores de la Transición, gays, lesbianas y transexuales fueron represaliados y vejados, conocieron las cárceles y los psiquiatricos franquistas donde eran torturados, incluso había una Ley de Vagos y Maleantes prácticamente hecha a medida para encerrarlos. Todavía hay camino por recorrer como es el tema de las adopciones que tanto horripila a la Iglesia católica y a la que se opone con violencia. Los logros de estos colectivos han crecido al ritmo que decrecía la influencia de los hombres de negro, aunque con la radicalización global en las conductas más reaccionarias y la ascensión de la extrema derecha por doquier, esta tendencia puede cambiar en cualquier momento. El cardenal Bergoglio atribuye la homosexualidad a la envidia del demonio que pretende destruir la imagen de dios. Dicen que el dios de la Biblia ordenó que los hombres que crecieran y se multiplicaran y que los homosexuales, al no hacerlo siguiendo el modelo de sus preceptos, siguen las órdenes del maligno. Olvidan sin duda que ellos tienen prohibida esta alta función, son célibes, tanto curas como monjas recomiendan este estado como el más agradable a Jesucristo, que según dicen ellos, nunca conoció mujer, entrando en conflicto con los mandatos bíblicos.

                                Grupos de presos homosexuales en Nanclares de Oca y Langraiz

El Vaticano sigue oponiéndose en todos los estamentos internacionales y nacionales, a través de sus sucursales, a que se reconozcan los derechos de gays y lesbianas. Algunos ejemplos significativos: en el año 2009 el presidente de la Conferencia episcopal de la India se opone  a que se despenalice la homosexualidad, que hasta entonces estaba prohibida. La congregación para la doctrina de la Fe, antigua inquisición, dijo el 23 de julio de 1992 que esta categoría de ciudadanos no puede ocupar ciertos cargos, como ser docentes o trabajar en gimnasios.  El Vaticano se ha opuesto en la ONU a que se despenalice la homosexualidad a nivel mundial sabiendo que en este momento se matan aún a ciudadanos por sus inclinaciones sexuales. En México en 2007, uno de los países en los que más delitos se cometen contra la comunidad LGBT y donde la Iglesia se opone con dureza a este colectivo, era asesinada una persona cada dos días por su homosexualidad.

En nuestro país tan cercano de  Rouco y tan lejos de la democracia, existe desde hace años una asignatura, la Educación para la Ciudadanía que ha sido rechazada con una violencia inicua por la Conferencia Episcopal. El gran reproche que se le hace es el de intentar que los niños sean buenos ciudadanos alejados de fanatismos y acepten la convivencia y la igualdad de todos los colectivos de la sociedad, a algunos de estos la Iglesia ni tan siquiera los acepta por muy devotos que puedan ser algunos de sus miembros.

El papa, que ya viene, es uno de los culpables de la muerte causada por el sida al prohibir terminantemente el uso del preservativo. No hay que olvidar que la Iglesia consideró esta enfermedad como un castigo de dios para los gays, por ser sus conductas depravadas y contrarias a las leyes del altísimo, contribuyendo así a demonizarlos aún más.  Deberemos pedir cuentas también al representante de dios en la tierra por el apoyo que otro de los suyos, Pío XII, dio a Hitler cuando siendo nuncio en Alemania firmo el Concordato que contribuyó a allanar el camino del ascenso del fascismo al poder en ese país, una de sus consecuencias más amargas y más olvidadas, fue la exterminación de gays y lesbianas, señalados con un triangulo rosa fueron internados en los campos de la muerte, de los que pocos volvieron.
                                 Mauthausen, placa en homenaje al colectivo de homosexuales

Tenemos muchas cuentas que pedir, muchos derechos que reivindicar, mostremos a Ratzinguer que estamos en la calle, ante él, también con todo nuestro orgullo gay y que su fanatismo no podrá nunca acallar la lucha por el derecho de toda persona a decidir a quien amar y con quien ser feliz, a ser lo que es.

viernes, 29 de octubre de 2010

¡LA VIRGEN!



La virgen, las vírgenes, constituyen una baza importante en la estrategia de la Iglesia para dominar a las masas, si dios padre puede parecer lejano y sin rostro, su hijo crucificado demasiado crudo, ahí tienen a la bonita virgen Maria, su madre, a la que preñó un ave.

La Iglesia necesitaba una diosa para sustituir a las diosas paganas y la encontraron, su devoción tiende a presentar una imagen de la mujer inalcanzable, los hombres lamentan que sus mujeres no sean la Purísima Concepción y así pueden despreciarlas y reprimirlas cuando no son castas, todo esto se implanta en las mentes de los niños a través de la enseñanza religiosa en las escuelas, lo que viene siendo el machismo en las aulas, por eso la Iglesia estuvo dispuesta a todos los crímenes para no perder el monopolio de la educación. Su participación en la defenestración de la Republica es una muestra evidente. Durante los años republicanos, las escuelas se vieron descontaminadas de los virus mágicos que la Iglesia difundía. A partir del golpe de estado se perdió la democracia y los maestros republicanos fueron masivamente fusilados, por la gracia de dios.

Las virgencitas que proliferan por todo el estado español son de todos los tamaños y colores, con niño o sin niño, con frutas y pajaritos y sobre todo cubiertas de joyas que los fieles hoy donan alegremente y que en tiempos no muy lejanos estaban obligados a donar, si mostraban obediencia a la secta podrían escapar de los pelotones de fusilamiento.

Los cultos a las vírgenes responden a pulsiones que vienen de muy lejos en la historia de la humanidad. La romería de la virgen del Rocío, por su fecha tiene una clara connotación de fiesta de la fecundidad y sus excesos lo confirman, la carrera para raptar a la imagen protagonizada por hombres que parecen en celo es significativa, la lucha entre ellos para ganar la mujer que desean, la manera de presentar al ídolo como un trofeo parece sacada de las historias de antiguas divinidades adoradas, como los faunos persiguiendo a las ninfas diosas de la vegetación, de la flora y de la fauna, el hecho de tocarla y zarandearla da una idea de lo que esperan de ella, fecundidad y fuerza viril.

Estas devociones han sido hábilmente explotadas por la Iglesia para fanatizar a sus fieles, la magia esta en todas estas creencias, si pones velas sanarás, si rezas tendrás suerte, si participas en peregrinaciones serás salvado por la dulce imagen de madera hueca.

En el contexto de estos fanatismos se presentan los casos curiosísimos de las vírgenes alcaldesas, se trata de municipios que de pronto deciden declarar alcaldesa a la virgen de turno que es adorada en esos pagos. ¿Qué es lo que les lleva a hacerlo? no se comprende muy bien. En tiempos de Franco, cuando la Iglesia mandaba en cada municipio, era entendible, había que demostrar que el pueblo, que seguramente había visto a muchos de sus habitantes asesinados por los rebeldes, era incondicional al glorioso movimiento del sangriento tirano.


                               Todavía está vigente y su alcalde no piensa retirar ni título, ni placa
                               porque considera que es parte de la historia de la ciudad.

De esta forma florecieron alcaldesas por todas partes, Franco murió tranquilamente en su cama agarrado al brazo de Santa Teresa, la transición amaneció cual aurora boreal hermosísima, eso nos dicen, pero ya sabemos que los juegos de luces engañan a la vista. Pues las sagradas alcaldesas siguieron proliferando por la geografía ibérica. Ejemplos: nuestra señora de la Luz en las Palmas de Gran Canaria, la virgencita alcaldesa de Villa Guillén en Sevilla, algunas se han entronizado a petición de alcaldes de Izquierda Unida-los Verdes, como en Teba, Málaga. En Coín también gozan de una virgen alcaldesa, así como en Morón, donde la entronización de Maria Auxiliadora dio origen a algún incidente, los socialistas no asistieron a la sesión, para no tener que votar en contra, y dos regidores que no estaban de acuerdo fueron insultados y despedidos con gritos y silbidos, hay un vídeo que así lo recoge.

Algunos comentaristas atribuyen estos extravíos de la razón a las peculiaridades de catetismo carpetovetónico, pero no sólo en los pueblos se dan estos excesos, en Valencia, donde es alcaldesa Rita, virgen mítica, también tiene a la virgen de los desamparados como alcaldesa perpetua. Estas vírgenes municipales vulneran la constitución que dice que el estado es aconfesional y por ende no debe dar acogida en sus edificios propaganda de religión ninguna, los alcaldes llevados de no se sabe que oscura sin razón no cumplen las leyes del estado al que sirven, dicho estado tampoco hace nada para que se cumplan, es un estado atípico, por esto y por muchas otras cosas, que todos conocemos. Estos desvaríos no se producirían en un estado laico.

 Lo cierto es que la Iglesia no quiere que las creencias en un mundo mágico cesen en la mente de sus creyentes, el mundo lleno de horribles laicos y ateos podría pervertirles, y ahí están las vírgenes con su culto fanático para recordarles durante toda su existencia que deben vivir y morir de rodillas.

 Deben, debemos arrodillarnos siempre ante la alcaldesa mágica e inexistente, ante los curas violadores, ante los caudillos sangrientos, ante los mercados que nos explotan y ante el papa que viene para que no olvidemos que vivimos de rodillas y que debemos tragarnos todas sus creencias vacuas y reaccionarias, contrarias al más elemental sentido común, cubrirle de dinero, nuestro dinero, sin saber muy bien el porqué de esta sin razón. Quizá nuestros políticos sepan que tajada electoral conseguirán de estas visitas, los comerciantes se quejan de que los souvenirs papales no tienen salida, nosotros no tendremos más que molestias, represión, censura y menos dinero para nuestras necesidades, pero TV3 tendrá sus horas de gloria mundial retransmitiendo una Barcelona de no-do llena de banderas rojigualdas con nuestra pecunia.


jueves, 21 de octubre de 2010

EL PRIMERO EN LA FRENTE: AMARÁS A DIOS SOBRE TODAS LAS COSAS HASTA PERDER LA RAZÓN



Amarás a Dios sobre todas las cosas, este es el primer mandamiento de la Iglesia católica y el que fundamenta la perversión de su existencia y de su supervivencia. Puesto que la Iglesia es la representante de tan altísimo ente en la tierra, la conclusión es que amarás y acatarás la palabra de la Iglesia. Esa palabra la detenta sólo una persona, el Papa, que tiene en sus manos un poder que para si quisieran políticos y jefes de estado con delirios de emperador. Las órdenes de Ratzinger son mandatos divinos, que no deben cuestionarse pues son dogma de fe, en el que no cabe ni análisis, ni replica, es el control absoluto de las voluntades de los que creen ciegamente. Pero también es el control sobre los que aún perteneciendo a la Iglesia son críticos con su jerarquía, y aún padeciendo coacciones, no renuncian a seguir siendo parte de la masa social de ese aparato opresor. Una dictadura papal no puede convertirse en una cristiana democracia, pues eso sería otra Iglesia, no la Católica.

Esta entelequia llamada España, que tan grandes aportaciones ha hecho a la humanidad y por las que es tan querida en todos aquellos pueblos por encima de los cuales paseó sus tropas conquistadoras cruz en mano y pecho, no ha dejado de ser aspersor de oscuridad. Entre los castradores regalos con los que nos ha obsequiado se encuentra una peligrosa e invasora secta católica llamada Opus Dei. Es esta secta peligrosa y destructiva, como la hiedra venenosa que decora muchos muros, quien teje una tela de araña donde quedan atrapadas personas, riqueza y sobre todo poder, su bien más codiciado. El Opus creado por Escrivá de Balaguer es una secta fascista que fue escalando puestos dentro de la dictadura franquista hasta desbancar a falange del aparato logístico del régimen dictatorial  y a hacerse con el poder colocando a sus hombres al frente de los más altos cargos de decisión dentro del aparato de la dictadura. Así también esta secta se introdujo en el Vaticano viviendo su época de mayor esplendor con el anterior Papa, que convirtió a su creador en santo, San José María Escrivá de Balaguer, por el artículo rápido. Ratzinger debe su puesto a las presiones ejercidas por el Opus para que éste fuera designado nueva cabeza de la Iglesia, como antes lo fue de la Congregación para la Doctrina de la Fe, originalmente llamada Sagrada Congregación de la Romana y Universal Inquisición. Tan a gala llevó su papel de gran inquisidor que llegó a decir: “Gran Inquisidor, en cambio, es una definición histórica. Seguimos el camino de la continuidad pero intentamos aplicar los métodos de aquella época. Siendo criticable bajo la luz de nuestro concepto de justicia, la Inquisición fue un progreso porque desde entonces nadie podía ser condenado sin una investigación. En aquella época, en definitiva, tenían presente el concepto de justicia.” Creo que estas investigaciones en las que se llegaba a la conclusión de que el maligno había ocupado el alma del reo siendo su fin primero el fuego terrenal y luego el eterno,  eran un tanto interesadas, casi siempre en los bienes del nuevo hereje. Todo el que molestaba a la hoguera. Esas mismas investigaciones debieron llevarse a cabo durante el franquismo donde la Iglesia formó parte del aparato represor, fue el dedo acusador que llevó a todos aquellos que les resultaban molestos o de los que ambicionaba sus posesiones delante del juicio del tiro de gracia en la nuca.

Con estos antecedentes Ratzinger aún denuncia en su visita a Reino Unido que “los nazis querían erradicar a Dios de la sociedad y que los religiosos que se opusieron a ellos pagaron con su vida” (esto pasaba al mismo tiempo que él lucía el uniforme de las juventudes hitlerianas y el Papa Pío XII no condenaba el nazismo, bendecía la dictadura franquista y años más tarde llevaba a cabo una cruzada contra el comunismo y todo lo que olía a ateismo y creaba el nacional-catolicismo) para luego establecer un paralelismo entre ateos y nazis: "Al reflexionar sobre las lecciones del extremismo ateo del siglo XX, no olvidemos que la exclusión de Dios, la religión y la virtud en la vida pública llevan al final a una visión truncada del hombre y de la sociedad".  Su miedo a un mundo donde librepensadores desligados de las ataduras de la fe, marcaran una visión justa y ética de la sociedad, llevaría a los sectores más reaccionarios a no ver con malos ojos la desaparición física de los que les pueden dejar sin argumentos, y sin poder, en un mundo donde la razón prevaleciera sobre las creencias en lo intangible.  Así, si alguien reproduce modelos fascistas son los extremistas representantes de la Iglesia más recalcitrante, que no ven más allá de su peligroso perímetro integrista y que no respetan a quienes están por la separación Iglesia-Estado, puntal básico de democracia y convivencia. Ellos todavía están por Dios, por la Patria y el Rey y nosotros esperando a que cante el gallo rojo.

Notas:

El 1 de febrero de 1933, es decir, el día siguiente a su nombramiento como Canciller, el católico Adolf Hitler, afirmaba: "Quiera Dios conceder su gracia a nuestra obra, orientar rectamente nuestra voluntad, bendecir nuestras intenciones y colmarnos con la confianza de nuestro pueblo".





En 1939, Joseph Ratzinger, con 14 años, pasó a formar parte de las juventudes hitlerianas, como todos los seminaristas. A los 16 años, fue llamado a filas y se le destinó a la protección de la fábrica de BMW en Traunstein. Prestó servicio entre abril de 1943 y septiembre de 1944. Estuvo luego, tras la instrucción básica, destinado en Austria, concretamente en la protección anti-tanque. En 1944 comenzó su entrenamiento básico en Hungría, tomó parte en el "Reichsarbeitsdienst" que era un servicio de estrategia Nazi. Ratzinger desertó en los últimos días de la guerra, pero fue hecho prisionero por soldados aliados en un campo cerca de Ulm en 1945.  Fuente: Wikipedia.
 



jueves, 14 de octubre de 2010

LAS FIESTAS DE LA IGLESIA CATÓLICA ¡VIVA EL TERCERO!





La tragedia se cernió sobre una parte de la humanidad cuando Constantino dio al cristianismo la llave del poder al decretar su rango de religión de estado, desde ese momento los cristianos se dedicaron a erradicar el paganismo, a acabar con todos los dioses de los diversos pueblos que constituían el Impero Romano. Hasta esa fecha todos los dioses tenían cabida y no eran impuestos, la idea del dios único venida del judaísmo acabo con aquella convivencia. 

Los cristianos debían enterrar la ciencia, sólo la gente sin conocimientos era capaz de creer en las enormidades que los cristianos tenían como dogmas y acatarlos. Toda formación científica desapareció robándonos siglos de avances para la humanidad en todos los órdenes gracias al oscurantismo impuesto por las Iglesia.

Para acabar con los diferentes dioses que los pueblos del impero adoraban y sustituirlos por el suyo, uno aunque trino, todos los métodos fueron buenos, quema de libros, destrucción de templos, asesinatos de sabios y científicos de la época. Los filósofos antiguos fueron negados y sus obras condenadas al fuego eterno, el teatro fue declarado obra del diablo, los actores excomulgados, cuántas obras llamadas a la inmortalidad desaparecieron, nunca lo sabremos.

Aunque el cristianismo dominaba como religión oficial los antiguos dioses seguían siendo venerados por los pueblos, pues no bastaba con eliminar sus esfinges sino que había que sustituirlos en el corazón de las gentes.

Los mitos del cristianismo no son originales sino adaptados de otros éxitos de otras creencias:

En oriente uno de los principales dioses venerados eran los que morían y resucitaban, en Egipto fue Osiris, muchos otros tenían estas características, morían con la vegetación y renacían con ella, uno de los más extendidos fue Mitra, nace un 25 de diciembre, con el sol, resucita a los tres días, los tres días en que el astro esta inmóvil, aparentemente, claro, muchas más de las características de este dios venerado en todo el imperio fueron utilizadas para crear el dios de los cristianos. Jesús fue diseñado a partir de la figura de Juan de Gamala, rebelde al imperio romano al que combatió con los zelotes y acompañado se sus familiares, apóstoles Las ideas de la filosofía griega, frases y profecías de la Biblia, mitos del mundo antiguo, con todo eso se creo una fe en nombre de la cual siguen atormentándonos los hombres de negro.

Tenían un dios, pero no tenían diosa. El culto a la diosa de la fecundidad era uno de los más extendidos, la diosa tierra que da la vida y que recoge a los hombres en su seno al morir. El dios de los judíos no tenia una diosa como compañera, como todos los otros, así que se inventaron el culto a la madre de cristo, la virgen. Las mujeres que concebían de los dioses eran numerosas en aquellas mitologías antiguas, sin ser vírgenes, eso fue un invento y una manera más de represión de la mujer, les mostraban un ejemplo que no podían alcanzar: concebir y parir sin perder la preciosa virginidad es algo difícil.

Ya tenían imágenes divinas con las que sustituir los antiguos dioses, en los lugares de culto antiguos se levantaron catedrales, ermitas, iglesias, cuevas donde antes había ninfas ahora eran lugares de apariciones de vírgenes milagrosas. También necesitaron una retahíla de santos para sustituir a los mitos que antes se adoraban, San Cristóbal fue adorado en lugar de Hércules que por un momento sostuvo el mundo, el santo sostiene al niño dios, y así en cualquier sitio de devoción actual se pueden encontrar rastros de antiguas religiones.

Así se llega a las numerosas fiestas religiosas que se extienden por todo el mundo cristiano. Estas son incontables y sirven para atizar la superstición y el fanatismo de las gentes educadas en las mentiras de la Iglesia. En la enseñanza religiosa el tema de los santos, santas, mártires y milagros es fundamental, las gentes deben vivir en un mundo mágico en el que todo es posible si tienen su santo o ángel particular, ésto es lo que se enseña a nuestros hijos aún hoy en día.

Las fiestas principales llevan a unos excesos increíbles en países que se dicen civilizados, recordemos como en la Semana Santa desfila gente con cruces, dándose latigazos, cubiertos con siniestros capirotes y que a veces acaban en tragedias sangrientas por la enemistad entre cofradías. También finalizan en borracheras, bailes y actos no muy católicos. En los países que tuvieron la mala suerte de haber sido evangelizados por los embajadores de dios, la superstición lleva a verdaderos actos de barbarie, hombres y mujeres crucificados emulando a su ídolo y azotándose hasta cubrirse de sangre.

Todos los cultos tienen también un fin político, el de perpetuar el dominio de la Iglesia y de los poderes más reaccionarios y fascistas que la sostienen, el culto de Maria sirvió al fascismo con su ejemplo de mujer sumisa a las órdenes de un dios masculino, de un duce.

El culto a Cristo Rey y al Sagrado Corazón se desarrolla al mismo tiempo que el fascismo fanatiza a las bandas de falangistas, que cometen horribles crímenes en su nombre. Estos cultos fueron obligatorios durante la dictadura franquista, en cada casa debía entronizarse el sagrado corazón y un cura venía a bendecirlo, era una manera más de ejercer un control sobre las familias.

La Macarena, el Rocío, cualquier excusa es buena para adorar a unas figuras inventadas. Quién no ha visto imágenes con escenas de gritos de histeria ante el desfile de algún santo o santa, cantos entre lágrimas de fervor,  niños pasándose de mano en manos de masas en trance para tocar pedazos de madera sin tener en cuenta su seguridad, avalanchas humanas, insultos a los que no creen en sus ídolos. Por algunas fiestas en honor del santo de turno desfilan los trajes típicos en actos de folklore regionalista y rancio alejados de los valores culturales e identitarios, toreros, figuras de la televisión y de la basura rosa, que se divierten y se hacen publicidad a costa de estos eventos convertidos en negocios para muchos. Ventas de recuerdos religiosos, bares improvisados y puestos de comida, alquileres de viviendas, balcones y grandes donativos para la Iglesia. Algunas de estas fiestas religiosas asemejan más un botellón que un acto de exaltación de una figura santa.

Santiago, Lourdes, Fátima, el Rocío, centros de peregrinaje y negocio organizados que reciben miles y miles de peregrinos cada año. Lugares donde se vende la esperanza del milagro que nos empuja a dejar en manos de la fe nuestro futuro.

En los tiempos criminales del fascismo la creencia en imágenes de madera y piedra llevaron a la muerte a muchos republicanos, que no querían seguir este camino irracional y que tenían en el estado laico uno de los pilares de su proyecto. Los curas lanzaron desde sus púlpitos  consignas reaccionarias de propaganda fascista e hicieron tragar a la gente en nombre de unos seres mágicos que nunca existieron la represión franquista.

El turismo papal tiene una función propagandista en el termino más totalitario. Fanatizar, adoctrinar, ensalzar lo irracional e insultar a laicos y ateos con sus discursos, oponerse a la ciencia y a la conquista de derechos sociales para poder ejercer su control sobre los creyentes o incautos a los que quieren ignorantes. Sus últimos anatemas sobre las células madre son un claro ejemplo de ese mundo oscuro en el que quieren sumirnos.

No queremos que se celebre una fiesta en honor del Papa, a su mayor gloria, pagada por todos nosotros en contra de nuestra voluntad.


jueves, 7 de octubre de 2010

LOS DELITOS DE LA IGLESIA CONTRA LA MUJER, CRÍMENES RELIGIOSOS



Los mandamientos dicen: ”Honrarás a tu padre y a tu madre”. Al padre se le honra pero a la madre, a la mujer, se la trata como una esclava, debe estar tanto al servicio de dios y de sus curas como al servicio del hombre, su amo.

Desde su inicio, la Iglesia católica presentó a la mujer como un ser inferior al hombre, poco dotado intelectualmente y poseedor de una exuberante y temible sexualidad. Las causas de esta humillación constante a la que se somete a la mitad de la humanidad están en el machismo de la Iglesia.

Se empieza considerando a la mujer la causante de todos los males que padecemos desde el cuento de Eva,  la manzana y la serpiente, que la dibuja como la culpable del pecado original, del que todos debemos arrepentirnos sin saber muy bien de qué. El hombre no es responsable a pesar de que Eva fue creada de una costilla de Adán y sometida a él.

La sociedad patriarcal, origen de todos los machismos pasados y futuros, ha sido siempre defendida y organizada por los curas, ejército opresor de los grandes padres de la Iglesia, que odiaban a la mujer y la describieron con toda suerte de horrendas palabras. Las mujeres debían sentirse inferiores y así el macho podría dominarlas, debían sentirse culpables y así serían dóciles ante el maltrato y la vejación.

La Biblia nunca fue muy tierna con las mujeres, pero con el paso al Nuevo Testamento se abren las compuertas del infierno para estos seres, que no debían ser tan inferiores como la Iglesia pregonaba si tanto los temía. Tendrían miedo de que una legión de esclavas pudiera rebelarse ¿quién se encargaría de que su mundo funcionara a plena comodidad, sometimiento y placer del hombre a cambio de nada?

San Pablo, el creador de una religión que aún atormenta a la humanidad, escribía: “Sométanse a sus propios esposos como al Señor, porque el esposo es cabeza de su esposa, así como Cristo es cabeza y salvador de la Iglesia, la cual es su cuerpo. Así como la Iglesia se somete a Cristo, también las esposas deben someterse a sus esposos en todo”. Someterse y callarse, como el santo apóstol aconseja también a los corintios: “Guarden las mujeres silencio en la Iglesia, pues no les está permitido hablar. Que estén sumisas, como lo establece la ley. Si quieren saber algo, que se lo pregunten en casa a sus esposos, porque no está bien visto que una mujer hable en la Iglesia”.

San Agustín al que atormentaba su morbosa sexualidad y que culpó a la mujer de ser la fuente de su lujuria, para no culparse a si mismo por sus bajos instintos,  escribía en sus confesiones” “Nada  me estimulaba a  salir del abismo de los deleites carnales como el miedo de la muerte y de tu juicio futuro…este miedo jamás se alejó de mi corazón”. Desde san Agustín, la Iglesia transmitió a la sociedad una idea del sexo como algo perverso, por cuanto es el medio por el que se transmite el pecado original y por cuanto aleja al varón de su búsqueda de Dios y de la salvación de su alma. La única actividad sexual lícita para san Agustín y para la Iglesia, aún hoy,  era la que se realizaba, no en persecución del placer, sino sólo en miras a la procreación.  Fuera de este caso prevalecía la opinión expresada por Santo Tomás en su Summa, según la cual el coito es malo porque puede convertir al hombre en “semejante a un animal”. Si el coito es malo era evidente el peligro de la mujer, algunos santos padres, como Bernardo de Claraval, las definieron como “sacos de basura”

Durante toda la Edad Media, época de tinieblas, se impidió a la mujer que estudiara. La enseñanza se hacia en latín y estaba en manos de la Iglesia, a la mujer no se le enseñaba esta lengua de dios y así era privada de la cultura. Se les acusaba de ser animalitos de cabello largo e ideas cortas, en sus cabecitas más o menos adorables no cabía gran cosa y la Iglesia, dueña y señora, marcaba que es lo que la mujer debía saber. El cerrojo en la puerta del conocimiento significó el retraso secular de la mujer y su ignorancia impuesta la despojó de todo derecho, condenándola al ostracismo del ámbito doméstico. Hasta casi finalizado el siglo XX en el estado español, después de 40 años de nacional-catolicismo, perduró la idea de que si algún hijo estaba destinado a hacer carrera ese debía ser el varón, en otros países esa idea sigue en pie empujando a la mujer al matrimonio y al rol que le conviene a la Iglesia para seguir sometíéndola.

La represión de la mujer tomó un carácter espantoso con la quema de brujas, una carnicería: tortura y hoguera para más de 100.000 mujeres en toda Europa. La Inquisición había logrado extirpar en el siglo XIV la herejía cátara. Los judíos y los herejes habían sido vencidos y en buena medida exterminados. La Iglesia y la enorme maquinaria que la Inquisición había creado necesitaba un nuevo enemigo, que justificara una nueva cruzada. El demonio se había encarnado en los herejes y debía encarnarse de nuevo, para justificar el terror que seguiría atrayendo a los fieles hacia el único refugio seguro, la Iglesia. Pero, ¿en quién podría encarnarse ahora Satanás? en las mujeres con ansias de conocimiento y libertad, aliadas naturales del maligno, perversas seductoras del varón creado a imagen y semejanza de dios. Así la iglesia extendió el temor a la bruja en una sociedad crédula e ignorante a la que tenía dominada.

Los inquisidores dominicos son los responsables de la caza de brujas. El “Malleus maleficarum”, el martillo de las brujas, aparece en 1486 en Estrasburgo, su autor el inquisidor alsaciano Kramer, el patrocinador del libro, el papa Inocencio VIII. El mensaje se extiende por Europa y comienza una persecución de dos siglos. El propio Kramer se jacta de haber quemado a 200 brujas.

En París, entre 1565 y 1640 se enjuicia a 1.119 brujas, muchas de las cuales serán condenadas a muerte. En Genf en mayo 1571 se queman 21 brujas en un solo proceso. En Lorena, el juez Nicolás Remy se jacta de haber enviado a la hoguera de dos a tres mil brujas entre 1576 y 1606. En Oppenau, en 1631-1632, un solo proceso lleva a la hoguera al 8% de la población. Los principados católicos de Alemania se distinguieron especialmente: Maguncia aportó a la cruzada 650 víctimas entre 1601 y 1604 y 768 entre 1626 y 1629; Eichstatt 1.000 víctimas entre 1612 y 1636; Colonia 2.000 víctimas entre 1612 y 1637; Bamberg 900 víctimas entre 1623 y 1631.

Las brujas estaban al alcance de los asesinos en nombre de dios, eran muchas veces mujeres mayores, solas, con verrugas (signo diabólico), mujeres que conocían como curar enfermedades con hierbas y remedios antiguos (prácticas paganas y diabólicas para la Iglesia, un buen cristiano se curaba con reliquias y estampitas). La crueldad y el sadismo de los hombres de dios no tuvo límite, el cuerpo de la mujer, fuente de todas sus frustraciones, estuvo a su disposición para ser despedazado, dejando sólo un aliento de vida para que acabara su tormento en la hoguera.

La quema de brujas cesó, pero la Iglesia siguió considerando brujas, prostitutas, rojas y rebeldes a todas aquellas que no quisieron someterse a sus órdenes. El cuerpo de la mujer continua estando a la disposición de estos santos hombres, ellos deciden sobre su sexualidad, su procreación, sobre su sometimiento a los hombres y sobre su papel en la sociedad. Ejercen este poder sobre las mujeres que les pertenecen y presionan a los gobiernos para que sigan sus dictados.

Durante mucho tiempo la vida de la mujer no significó nada para la Iglesia, era una máquina reproductora para traer hijos de la Iglesia al mundo. En el momento del parto si se tenía que escoger entre el hijo o la madre era el hijo quien debía vivir. Muchas mujeres fueron sacrificadas. También era corriente que aún a sabiendas de que el embarazo podía traer la muerte de la mujer, el confesor encargara a esta que cumpliera religiosamente con sus obligaciones maritales aunque eso acabara costándole la vida, cosa que tampoco le importaba al marido.

Del aborto ni hablar, la mujer debe parir y con dolor, palabra de dios. En ningún caso se puede deshacer un embarazo no deseado, aunque sea fruto de una violación, aunque ponga en peligro la vida de la madre, aunque se trate de una niña de 9 años violada por su padrastro y en peligro de muerte por su embarazo, como decretó un arzobispo brasileño, que si moría no importaba pero que si abortaba seria excomulgada ella, su madre y quien la ayudara.

El uso del preservativo, la píldora o de cualquier otro método contraceptivo es inaceptable para la Iglesia, la única medida para evitar el embarazo no deseado en las mujeres solteras es la abstinencia. Las casadas deben traer al mundo cuantos hijos disponga dios. Si luego había que matarlos para tapar la vergüenza como demuestran los restos de niños hallados en los sótanos de algunos conventos,  o si hoy mueren de hambre o enfermedad, no importa, son más almas para el censo divino.

Todos los derechos que hoy tienen las mujeres en Europa, que deberían ser más, los ha ganado la mujer con sus luchas, ayudadas, a veces, por hombres conscientes de que no puede haber una sociedad democrática y justa si las mujeres siguen siendo consideradas como seres inferiores sin equiparación de derechos con el hombre. La Iglesia es un freno, un lastre y un palo en la rueda del camino hacia la plena igualdad de la mujer.

Digamos al Papa que está a punto de llegar que las  mujeres no están dispuestas a ser victimas y esclavas de una sociedad  patriarcal que ellos apoyan y organizan. Ratzinger dijo en su viaje reciente a Inglaterra que el mayor problema de la Iglesia no era la pederastia, pecata  minuta, sino el que pudiese haber mujeres sacerdotes, eso era intolerable.

Así, el que fue gran inquisidor, ahora Papa, es el que lleva el testigo de la opresión de la mujer, a la que no respeta, sólo hay que ver como trata la Iglesia a las mujeres que están dentro de su machista maquinaria.

El jueves 4 de noviembre a las 19 horas en la plaça Sant Jaume te esperamos en la concentración, que varias asociaciones y colectivos han organizado en Barcelona, contra la visita del Papa y por el estado laico.


martes, 28 de septiembre de 2010

¿ES EL ESTADO ESPAÑOL ACONFESIONAL? NO, NI ESO. POR UN ESTADO LAICO Y DEMOCRÁTICO.




LA FALACIA DEL ESTADO ACONFESIONAL

La RAE dice de la palabra “Aconfesional” lo siguiente: Que no pertenece o está adscrito a ninguna confesión religiosa.

La Constitución de 1978 define el estado español como aconfesional pero en su artículo 16 punto tercero hace mención a la Iglesia Católica diferenciándola de las demás confesiones: “Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones”.

Esto lleva a preguntarnos una serie de cuestiones tales como:

¿Cabe en un estado aconfesional que sus cargos públicos de relevancia juren o prometan su cargo delante de un crucifijo símbolo, por excelencia, de la Iglesia Católica?

¿Cabe en un estado aconfesional que su Jefe, en este caso el monarca, vaya a celebrar el día del patrón de su reino a una catedral y le pida al santo, que todo el mundo sabe que ni presuntamente descansa allí, que arregle los graves problemas de “su patria”, ante el estupor de todos los librepensadores?

¿Cabe en un estado aconfesional que los funerales de estado y los relacionados con el mundo de las Fuerzas Armadas y Cuerpos de Seguridad sean celebrados por el rito católico y retransmitidos por las televisiones públicas?

¿Cabe en un estado aconfesional que la familia real haga ostentación de su condición de católicos y sean retransmitidos con el dinero público todos los acontecimientos en la vida de sus miembros ligados a los ritos de la Iglesia Católica?

¿Cabe en un estado aconfesional que la Iglesia adopte el papel de interlocutor y actor político cuestionando leyes y decisiones que sólo deben ser decididas y adoptadas en el seno del Congreso de los Diputados y el Senado?

¿Cabe en un estado aconfesional que la Iglesia Católica introduzca a ojos vistos a miembros de sus sectas más relevantes, reaccionarias y peligrosamente poderosas en los diferentes partidos como obreros a trabajar a favor de sus intereses?

¿Cabe en un estado aconfesional que la Iglesia Católica sea subvencionada ad infinitum con el dinero de todos los españoles, hayamos marcado o no la casilla famosa?

¿Cabe en un estado aconfesional que la Iglesia Católica dentro de su propaganda de beneficiencia y atención al necesitado cope el terreno de las ayudas sociales de urgencia con el dinero público y se lleve la gloria y el prestigio social?

¿Cabe en un estado aconfesional que la Iglesia Católica sea la propietaria de la mayoría de los colegios concertados y que entre las filas de los docentes de éstos, haya seleccionadores de niños dirigidos para que una vez adolescentes sean captados por sectas como el Opus Dei?
¿Cabe en un estado aconfesional que se siga manteniendo la clase de religión en los centros públicos y que los profesores de esta materia, que sigue teniendo valor curricular, sean pagados sus salarios por el estado mientras los que imparten esta”maría” los elige la Iglesia?

¿Cabe en un estado aconfesional que haya crucifijos en centros de enseñanza públicos?

¿Cabe en un estado aconfesional que los cargos públicos publiciten y participen en actos exclusivamente religiosos como puede ser la Semana Santa o besen los anillos de los obispos rodilla en tierra mientras están ejerciendo como representantes del pueblo y no en su tiempo libre?

¿Cabe en un estado aconfesional que la Iglesia Católica tenga concedidas licencias para poder tener sus propios medios de comunicación de masas, televisión, radio, desde donde juzgar y criticar las decisiones de las administraciones públicas mientras reciben las subvenciones estatales?

¿Cabe en un estado aconfesional que los nombres de las calles y las fiestas de casi todas las poblaciones de este Estado sean regidas por un santoral inacabable, entre los que se encuentran santos de muy dudosa reputación moral, y que el calendario oficial de festivos tenga también estas connotaciones?

¿Cabe en un estado aconfesional el hecho de que en las Fuerzas Armadas existan hoy en día capellanes castrenses y congregaciones de monjas que forman parte del personal de los hospitales militares como las famosas Hermanas de la Caridad, que fueron las despiadadas carceleras de las mujeres republicanas y antifascistas durante la dictadura franquista?

¿Cabe en un estado aconfesional que todo esto se produzca en un territorio donde hay ciudadanos, perdón, súbditos que practican otras religiones, que son agnósticos, ateos o que simplemente, y lo más importante y fundamental, abogan por un estado laico?

¿Cabe en un estado aconfesional que todo esto se produzca gracias a una dictadura fascista de casi 40 años que dejó muy bien colocada a su principal aliada y brazo adoctrinador, la Iglesia Católica, dejando una herencia, más bien adherencia de privilegios, que ha continuado gracias a su atado y bien atado en forma de monarquía?

LA IMPORTANCIA DE UN ESTADO LAICO

La respuesta a todas estas preguntas y a algunas más que, en nuestro desconcierto ante tanto abuso, hayamos podido olvidar es: SÍ. Cabe en este estado y eso a pesar de la falta de vocaciones y de clientela los domingos, de los escándalos financieros, de los delitos sexuales y de sus posturas reaccionarias de las que siguen siendo víctimas colectivos como las mujeres, los gays, las lesbianas o transexuales. Su poder sigue creciendo inexplicablemente y la sensación de que son intocables e impunes, como realmente son, les hace erigirse en la única conciencia válida de la sociedad, hasta el punto de arrinconar y amedrentar a los cristianos de base que abogan por una Iglesia completamente distinta y que están por el estado laico.

Los males de la Transición y su nada modélico desarrollo son culpables también de este punto, pues en el apartado de capitulaciones, si la más sangrante fue la renuncia a la República, no lo fue menos la negación de la justicia para los antifascistas que la defendieron y la negación del estado laico, este último vendido en un Concordato con la Santa Sede cuyos últimos acuerdos fueron firmados en 1979 (Asuntos Jurídicos, Enseñanza y Asuntos Culturales, Asuntos Económicos y fuerzas Armadas) y que son la envidia de la Iglesia Católica en los diferentes países donde sus delegaciones aspiran a la situación de privilegio de la española. Este Concordato no ha sido cuestionado, revisado y creo que no entra entre los planes de recortes del gobierno meter la tijera en los acuerdos con la Iglesia, para eso ya están los trabajadores y los pensionistas.

Es fundamental para hablar de estado democrático el tener como primer punto de referencia la división estado-iglesia y la confinación de la religiosidad y la fe al ámbito privado. No se pueden admitir, permitir y mucho menos subvencionar las ingerencias de la Iglesia Católica en el desarrollo de las dinámicas del estado y de la sociedad.

La visita del Papa por estas sus tierras de conquista se enmarcan en una situación de grave crisis económica a pagar por los de siempre, a los que también les tocará pagar los millones de euros que los paseos papales van a costarnos a todos. No sabemos realmente a que se debe esta previa propagandística de lo que acontecerá en Madrid en 2011. No sabemos si en los presupuestos recién aprobados ya habrá una hermosa partida con el nombre de Ratzinguer. Lo que sí sabemos es que todo esto es indecente y que estamos en contra (aunque ahora no esté de moda, por políticamente incorrecto), estamos en contra de la visita papal, de lo que significa y en contra de esta publicidad católica retransmitida desde las televisiones públicas.

Este no es un estado aconfesional pero esperamos que pronto sea un estado laico.

domingo, 19 de septiembre de 2010

UN PAPA SIN PERDÓN. FALTANDO AL 2º, AL 5º, AL 6º, AL 7º, AL 8º, AL 9º Y AL 10º


LA IGLESIA CATÓLICA NO HA PEDIDO PERDÓN POR LA CONSPIRACIÓN COMETIDA CONTRA CONTRA LA REPÚBLICA Y POR SU IMPLICACIÓN DIRECTA E INDIRECTA EN LOS CRÍMENES DEL FASCISMO ESPAÑOL DE CUYO APARATO FORMÓ PARTE DESDE EL GOLPE DE ESTADO HASTA MÁS ALLÁ DE LA MUERTE DEL DICTADOR.


Mucho tendrá que rezar el Papa y mucho tendrá que suplicar el perdón de las víctimas del franquismo  el día que esté dispuesto a hacerlo,  porque fueron muchos los pecados,  que describe como tales su santa institución, para un tribunal de derechos humanos crímenes no prescritos, los que fueron cometidos en la España fascista a partir de 1936. Por no hablar de los que ya habían acumulado hasta esa fecha,  ya que su comportamiento, lejos de poder ser definido como cristiano, fue el de un opresor exprimidor de un pueblo castigado por el hambre y el analfabetismo, al que tan generosamente contribuyeron. 

Sólo sería bienvenido Ratzinger a Barcelona si viniera a pedir perdón públicamente por todos esos crímenes, siempre que se pagara el billete, la estancia y el púlpito. Y al mismo tiempo dejara sin efecto la canonización de los que no fueron fieles a la forma de gobierno y al gobierno elegido democráticamente por el pueblo.




El papa viene a visitar un estado en el que las víctimas de la Iglesia siguen en cunetas y fosas comunes sin identificar. Iglesia que aún sobre los muros de algunos de sus edificios tiene escrito los nombres de los caídos por dios y por la patria, mientras los familiares de los desaparecidos con la ayuda de la Santa Madre Iglesia los siguen buscando. Aún ahora la jerarquía católica, que vive en los tiempos del nacional-catolicismo, del que tanto recibieron, desean que los asesinados por el fascismo sigan sepultados en silencio. En su visita, el Papa, puede que camine sobre los cadáveres de nuestras víctimas. Así le exigimos que pida perdón a las familias de los asesinados, a los que sufrieron el terror que organizaban sus jerarquías contra los antifascistas, pues todo este sufrimiento sigue intacto. Que pida perdón  por haber asolado el suelo del estado español con uno de los mayores genocidios de la historia, el de los defensores de la República.

Son verdades duras que deben ser conocidas. La conspiración de la Iglesia, de su jerarquía, empezó nada más llegar la República. Este régimen no les convenía, temían perder un poder que venía desde los oscuros tiempos de la Edad Media y que no estaban dispuestos a que nadie pudiera mermarlo, no consentirían  que hubiese un estado laico que liberará de su yugo a un pueblo esclavo de la superstición y la ignorancia en que los mantenía la Iglesia. Todo era bueno, y todo lo fue, para acabar con él. Las conspiraciones empezaron inmediatamente. Dinero, armas, jóvenes católicos fanatizados, curas que llamaban a la rebelión desde el altar. En Navarra se mandaban a los jóvenes al Vaticano para aprender el manejo de las armas con los fascistas del Duce, en los conventos se escondía armamento esperando el día bendito en que podrían utilizarlo contra el pueblo, un pueblo que aspiraba a deshacerse de tanta tiranía eclesial y caciquil. Por fin, Franco, el general felón, decidió acabar con las libertades, con la bendición eclesiástica, y entonces la curia pudo dar libre curso al odio que sentía por los ciudadanos de un país democrático que ya no necesitaba su guía. 

El cardenal Gomá es uno de los personajes más esperpénticos de la historia, catalán, nacido en Tarragona y furioso anticatalanista. Fue él quien inventó el término de Santa Cruzada para la rebelión de militares, católicos y oligarcas. Su homilía llamando a la “guerra santa” tuvo un gran éxito y el Papa concedió indulgencia plena a los que murieran combatiendo al régimen legal español y puesto que se trataba de una cruzada, los que asesinaban, robaban, o violaban lo hacían por dios y contaban con su beneplácito. Los republicanos no eran más que objetivos a eliminar, no había que sentir remordimientos por derramar su sangre. 

Había veda libre para matar y los curas no dejaron de hacerlo. Era bueno porque había que ser temeroso de dios pero también de sus representantes en la tierra y acatar lo que su inmenso poder dictara. Y no se privaron, con las armas acumuladas en las iglesias subían a los campanarios para tirar contra el pueblo. En las zonas donde los golpistas rebeldes tuvieron éxito empezaron inmediatamente a organizar el terror. Los curas de cada localidad sabían muy bien los que eran republicanos, los que pertenecían a sindicatos, los que militaban en partidos de izquierdas, los que habían votado por el Frente Popular en las elecciones democráticas y legítimas que este ganó. Todos debían desaparecer para mayor gloria de dios,  y así se hizo. Los curas denunciaban a las víctimas a los militares y a los falangistas, estos iban a buscar a los señalados y los fusilaban sin mayor empacho, eran el brazo ejecutor de la Iglesia con la que compartían su interés de clase y privilegio.

Los curas denunciaban a todos los que les resultaban molestos, los que no iban a misa, las parejas que no consentían en casarse por la Iglesia, a los padres de niños no bautizados o portadores de nombres revolucionarios. Las mujeres, las víctimas seculares de la Iglesia, eran las más castigadas, eran víctimas del escarnio público, de la tortura, de violaciones, de la represión en cárceles regidas por instituciones católicas, de los paseos y fusilamientos, del robo de sus hijos. Niños que acababan en el seno de familias fascistas o en orfelinatos donde podían hacer con ellos lo que quisieran. Antonio Vallejo Nájera, el siniestro psiquiatra fascista había decretado que los rojos eran enfermos mentales y que sus hijos debían ser separados de ellos para evitar la contaminación Hoy en día aún se sigue buscando a los niños robados por curas y monjas y será difícil que esas víctimas recuperen su identidad. Cuentan que las monjas salían con cestos de recién nacidos de madres pobres para venderlos a padres adoptivos, a las madres se les decía que sus hijos habían muerto, esto duró hasta los años 60. 

Los curas bendecían a los que  fusilaban. En algunos casos, cuentan testigos, como veían a los hombres de dios patear a los fusilados entre carcajadas, o decir dale a este otro tiro que aún se mueve. Violaciones, abusos, torturas, vejaciones, asesinatos, robos y más, estos crímenes se cometieron con el beneplácito y el apoyo de la Santa Madre Iglesia que no tuvo reparos en pasarse sus propios mandamientos por debajo de la sotana. También fue dedo acusador en los juicios sumarísimos en los que participaron activamente. Cuentan testigos que veían como el tribunal miraba al cura  y este al estilo de un emperador romano colocaba su pulgar hacia abajo mientras sonreía.

Los republicanos sabían lo que les esperaba en manos del nacional-catolicismo y al ver perdida la contienda, los que pudieron se retiraron a Francia, una república democrática donde esperaban ser acogidos. Lo fueron pero en campos de concentración. El rechazo y el miedo de la población a los exiliados fue también culpa de la Iglesia, hasta allí les persiguió el odio de los hombres de dios. Las homilías que los obispos habían mandado a todo el mundo cristiano presentaba a los republicanos como demonios y encarnaciones de Satán, los periódicos a las órdenes de las jerarquías eclesiásticas llamaban a la población a tratar a los españoles como apestados. Así los católicos bienpensantes les negaron el pan y la sal a estas víctimas del fascismo. Contaban los refugiados que los franceses intentaban levantar la falda de mujeres y niñas para ver si tenían rabo, era lo que los curas les habían dicho. Muchos de estos exiliados murieron en campos de concentración franceses, los supervivientes se encontraron en medio de la guerra europea y el régimen franquista les quitó la nacionalidad española entregándolos a Hitler para que hiciera con ellos lo que quisiera. Muchos fueron asesinados en los campos nazis y pocos volvieron. El Vaticano sabía lo que estaba pasando y no sólo fue cómplice con su silencio sino que participó de los beneficios que reportaba tanto exterminio.
Hay que recordar el clima de miedo que se instauró después de la victoria fascista. Los curas eran los encargados de vigilar a los supervivientes del genocidio planificado, tenían potestad para dar certificados de buena conducta que se necesitaban para tener acceso a los alimentos. La miseria era enorme, viudas y huérfanos morían sin auxilio, sus tierras y bienes habían sido robados por los fascistas y el clero, qué aun hoy día continúan siendo propietarios del producto de estas rapiñas. Las víctimas para poder sobrevivir necesitaban el aval divino, debían ir a la iglesia, pedir perdón por sus maridos fusilados, por sus hijos torturados y callar los robos y violaciones que habían sufrido, se debía olvidar el lugar donde sus familiares fueron asesinados y echados en grandes fosas, muchas mujeres debieron ponerse hábito para ser merecedoras de la gracia de  dios y del cura. 

Puesto que hay gente que niega el genocidio político cometido en este estado, recordemos la exterminación sistemática de los maestros de la República, los jóvenes que con entusiasmo fueron por pueblos y ciudades, a barrios humildes, con la alegría de poder acabar con el analfabetismo, enseñar a los adultos y a los niños las ventajas de la cultura y el poder de ésta para sacarlos de la pobreza. Esto era lo que la Iglesia más temía, el saber podía abrir los ojos a los ciudadanos y la cultura hacer de ellos hombres libres, lejos de las mentiras que siempre les habían inculcado, en un país donde la enseñanza siempre estuvo en manos del oscurantismo eclesiástico. A estos maestros se les fusiló, se les condenó al exilio o fueron depurados y se abrió un período negro que marcó tan tristemente el futuro de este estado y que continua amenazando nuestro presente, donde la educación sigue en buena parte en manos de la Iglesia.

Se podría continuar, la lista de los crímenes es inmensa y el miedo ha impedido a muchos el hablar del calvario en que convirtieron sus vidas los vencedores. La Iglesia, los papas sucesivos nunca se opusieron al régimen fascista, fueron parte de esos vencedores. Franco murió en loor de santidad y agarrado al brazo de Santa Teresa, los curas nunca dejaron de salir a buscarlo a las puertas de la iglesia para hacerle entrar bajo palio o pasearlo así en las procesiones, como si fuera el mismo dios encarnado. 

Ahora vendrá el Papa, tal vez nos hable de amor y paz, no creo que se le deba conceder mucho crédito. Los mismos fanáticos que destrozaron el cuerpo de Hipatia de Alejandría fueron los que destrozaron los cuerpos de hombres,  mujeres y niños y acabaron con la República. La Iglesia no cambió desde entonces, ni piensa cambiar. El Papa debe pedir perdón por los crímenes cometidos en nombre de su dios pero no lo hará, aunque nosotros le seguiremos siempre exigiendo Verdad, Justicia y Reparación. Verdad para que se conozcan los crímenes de la Iglesia, Justicia para que estos sean juzgados y depurados por tribunales civiles y Reparación para ésta devuelva todo lo robado y sean indemnizadas sus víctimas.